Mientras tejía un rato pensamientos sin sentido, sobre mi vida, la gente y demás accesorios de pensadora de estar por casa, me entraba ya el soponcio bienavenido de las cuatro de la tarde, me apresuraba yo a acurrucarme y recibir al marivilloso Morféo con los brazos abiertos cuando, encarnado el espíritu de la maldad y la barbarie desgraciada de mí, un mosquito tronaba y tronaba como si no hubiese mañana. Me disponía yo ante tal infracción de mal gusto a contraatacar cual lobo salvaje a ese estúpido invasor, recurrí a armas complejas y variadas, a larga distancia como chanclas e incluso recurrí a estratagemas tales como intentar acorralarle y darle un manotazo, pero como bien sabe el dicho, la violencia solo acarrea más violencia, y acabé derrotada y con el dedo gordo de la mano un tanto rojo he inchado.
Y os preguntareis vosotros, ¿a que viene esa mierda de mosquito? os lo explico.
Ultimamente me siento así constantemente, como si un mosquito estuviera acosándome día y noche en mi cabeza y no me dejara tranquila. Esa sensación de cambiar, de "Chica te estás estancando de nuevo", no me deja, parece que inconscientemente quiero ver algo material, que me diga: "estás en el camino correcto", pero no se me aparece nada, ni la Virgén ni Alá ni la madre que los trajo, bienaventurada sea.
Y no me deja tranquila, por más que me enfrento a ella, no consigo ganar nunca, no consigo llegar a algo claro de verdad, tan solo se que sigo un camino y ya está, solamente y tristemente puedo decir que estoy andando, nose si en circulos, pero ando.
aaaay Claudette, Claudette, tienes las espectativas más altas ever. Nunca se dan pasos en vano, todos sirven a un fin determinado, tal vez cuando estamos perdidos sentimos que el tiempo se nos está escapando, a mí me lo vas a contar, pero bien es cierto que más tarde te das cuenta de lo necesario y significativo que es sentirse así. De todo se aprende, y es que las cosas no pasan porque sí.
ResponderEliminarMe recuerdas a Tasslehoff, un kender que aparece en las Crónicas de la Dragonlance. Es un personajillo que tiene demasiado espíritu para estarse quieto; no anda, rebota. No puede parar, siempre tiene que viajar, cambiar, transformarse o permutar. Tiene una comezón en los pies que lo impide asentarse y detenerse en un sitio, como tú dices, incapaz de estancarse... Me pregunto si eso es lo que quieres, parece que sí, por lo que adelante...
ResponderEliminarcomentario 1 (elisabeth): Puede ser, puede ser, solo espero tener un poquico de luz en esto, es como que veo lo que hay a un metro de mi, pero lo demás está oscuro.Supongo que todo se solucionará con el tiempo y pensando en ello, pero me fastidia tener que esperar, ya sabes que la paciencia no es uno de mis dones.
ResponderEliminarcomentario 2 (felipe): pues si, la verdad esque soy un poco así, soy de esas que siempre verán más verde el campo del vecino, pero intento solucionar un poco eso, y aunque la esencia de cambiar no la cambie valga la redundancia, intento querer un poco lo que tengo a mi alrededor.