jueves, 10 de febrero de 2011

Dolorosa Candidez

Querido, querido teddy estoy tan asustada de nuevo.... repetía y repetía sin cesar la pequeña Ellie. Estoy tan asustada, estoy tan asustada.... le decía y decía a su osito teddy sin cesar. Los gritos seguían, los platos continuaban rompiéndose, los portazos partían las lagrimas de la pequeña Ellie. ¿Cuándo se pondrá bien Papá? a veces papá enfermaba cuando llegaba a casa de trabajar, tenía una enfermedad rara que consistía en gritar y golpear, el no lo hacía a propósito eran los síntomas de la enfermedad.


Ellie cada vez que mamá le decía que papá había vuelto a caer enfermo, corría y se escondía en el armario con su osito Teddy y los síntomas en papá volvían de nuevo. Y mamá lloraba tanto, se preocupaba mucho por papá, se ponía tan malito que a veces le daban fiebres muy altas y no sabía lo que hacía, incluso se caía encima de mamá y la golpeaba sin querer. Pobre pobre mamá, pobre pobre papá.

-Sueños Negros-

En los primeros sueños, todos fuimos reyes, todos fuimos princesas.
En los segundos sueños, todos fuimos amados, todos fuimos respetados, todos fuimos aceptados.
En los terceros sueños, todos fuimos independientes, todos fuimos realizados.
Luego vinieron otros sueños, que tiñeron de negro a los demás...
Y la realidad alquiló una habitación de nuestra conciencia.

Aunque tened presente siempre, que hay otros que nunca pudieron soñar
 Que no tuvieron unos primeros,
Ni unos segundos, ni siquiera unos terceros, con los que jugar, reir, amar o llorar.

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