sábado, 20 de noviembre de 2010

Un poco de mí para empezar

Hoy me gustaría escribir algo importante, algo que tuviese un pedacito de mí.
Me gustaría de veras ser de esas personas agraciadas con el preciado don de la valentía, pero por suerte, por desgracia, ese no es uno de mis dones.
No soy una persona fácil, cualquiera que pase más de dos días seguidos conmigo podría entrever la complejidad de mi mecanismo interno al cual llamo mente. La cual precisamente en Suiza no se fabricó.
Lo siento, pero no tengo un término medio, te puedo dar todo y al día siguiente macharme, soy desconcertante y reclamaré siempre mi libertad ante todo, a pesar de que a veces te pueda llegar a doler.
No soy de esas que pasan la tarde con la suegra, ni de esas a las que les puedes prometer la vida del matrimonio feliz. No puedo pasar mucho tiempo en el mismo sitio, por que me muero y sé que no lo entiendes, pero necesito algo más que una bonita casa y un sueldo fijo todos los meses.
Antes decidía hacer de todo una batalla interminable, pero lo siento, quizás me haya vuelto pacifista y prefiero las retiradas atiempo y las banderas blancas. Prefiero dejar la pasión de la lucha al ardor de la alcoba y huir cuando vea que el fuego se acerca.
Me gusta desayunar sola, si parecerá una tontería, pero si no tengo quince minutos al día para pensar en mí misma, no soy persona.
Lo siento, siempre seré infiel, pero tan solo con tres amantes: La lectura, la escritura y yo misma. A ellos les dedicaré todo el tiempo que necesiten y no pienso quitarles ni un segundo.
Decidí, por no hacer daño a los que quería, abandonar un sueño muy, muy preciado, no sabes cuanto puede llegar a destrozarte decir adiós. Poco a poco, te levantas miras para adelante y retomas un nuevo camino, el cual espero recorrer sin volver a mirar atrás.
No te puedo vender un ideal de mujer, lo siento, nunca seré así, no soy alta y mis medidas no son 90-60-90. Tan solo puedo brindarte cariño, lealtad y comprensión, estaré siempre y cuando me necesites.
No soy sumisa, soy despistada y desordenada. Te puedo hablar del tiempo, de libros, de arte, de política, de historia, de videojuegos, de música y de miles de temas y si de verdad te interesa mi compañía, no acalles mi opinión, porque tenía, tengo y tendré opinión para todo y no me la pienso guardar.
Odio a los chulitos de gimnasio, ignorantes que lo unico que saben es mirarse el ombligo. Odio esas cabezas que nada más que sirven para llevar una mata de pelo.
Soy de esas personas que tienen las ideas claras, tengo plan A, plan B y plan C, se los nombres de mis hijos, la edad a la que viajaré a París y hasta el título de mi primer libro. Siempre soñaré con un amor imposible, aunque se me conquista tan solo de una forma, hablando.
Lo siento, soy como soy, y te prometo que me amoldaré todo lo posible a ti pero por favor, nunca me pidas que cambie

3 comentarios:

  1. Nada me conquista más que una conversación inteligente, bien lo sabe Dios (y tú), permíteme que te diga que esta entrada es de lo mejor que he leído en largo tiempo, Claudette, espero que me lleves contigo a parís y me dejes traducir tu primer libro, y respecto a tu infidelidad... podemos ser infieles juntas ;)

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  2. Venga, queremos más de esto. Oye, para eso de las conversaciones me podeis avisar, que yo tengo cuerda para rato, y con lo de la opinión soy parecido. No me callo, para nada y siempre puedo hablar de videojuegos, de libros, de música... de lo que quieras!

    A mí tampoco me gustan los de los gimnasios, y menos aún las 90-60-90! Yo busco gente imperfecta pero con mente jugosa, Elisabeth lo sabe bien!

    PD: Tus infidelidades son geniales, me ha impactado y maravillado, todo en uno!

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  3. Gracias! siempre hay que buscar el trasfondo de todo y disfrutar de esa búsqueda :)

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